El mundo se encuentra atravesando una situación única y sin precedentes, originada por la pandemia causada por el virus COVID-19 que, además de las consecuencias sanitarias, trae aparejado innumerables problemas económicos, políticos y sociales de los cuales la industria del fútbol no ha quedado ni quedará exenta .
Dichas medidas han afectado
profundamente a la industria ocasionando pérdidas económicas y deportivas las
que seguramente, en algunos casos, serán irreparables.
Desde FIFA, UEFA Y CONMEBOL
parecen haberse puesto de acuerdo en que la temporada debe terminar de jugarse.
Ahora surge un nuevo problema y es que no sabemos cuando va a terminar, ya que
no podemos saber cuándo esta situación se normalizara y se podrán reanudar los
partidos
Esta realidad nos lleva a
otro inconveniente y es el vinculado a los contratos de patrocinio y derechos
televisivos, que constituyen uno de los principales ingresos de los clubes. En
efecto, la suspensión de los torneos implica pérdidas millonarias para los
clubes. Debido a la situación de fuerza mayor en la que nos encontramos y
teniendo como base la teoría del esfuerzo compartido, se impone la necesidad de
realizar una renegociación de dichos contratos, así como pensar alternativas
para generar otros canales de ingresos.
Solo esperemos que todo esto
termine pronto y que el espectáculo en las canchas continue.
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